Los beneficios de la inteligencia artificial segura (IA) en el mundo de los negocios son enormes y apenas estamos viendo la punta del iceberg: desde analizar el riesgo crediticio de un cliente o anticipar la demanda de un producto específico hasta instalar maquinaria que pueda manejarse de manera perfectamente autónoma o atender millones de clientes en simultáneo, las posibilidades son infinitas.

Pero al mismo ritmo que crecen las oportunidades lo hacen los riesgos asociados: quedan pendientes de resolución y debate muchas cuestiones éticas y de confianza que podrían convertirse en obstáculos para el crecimiento de las inversiones en IA que, de todas formas, no parecen detenerse: la consultora Allied Market Research estima que en todo el mundo en 2022 se destinaron unos US$65.000 millones a este tipo de soluciones, pero que la cifra podría crecer sin techo en los próximos años y alcanzar los US$1,5 billones para 2030.

Entre los desafíos y las oportunidades

Por su parte, la consultora Gartner estima que para 2028 las máquinas impulsadas por IA representarán el 20% de la fuerza laboral mundial y el 40% del total de la productividad económica.

Este despliegue sin precedentes genera un nuevo desafío: ¿Es posible avanzar con modelos de IA en producción manteniendo todo bajo control? La respuesta es AI TRiSM, siglas en inglés por gestión de la confianza, el riesgo y la seguridad en soluciones de inteligencia artificial. Es, dicho en términos sencillos, un modelo de gobernanza orientado específicamente a soluciones basadas en esta tecnología que protegen a la sociedad sobre potenciales efectos dañinos, garantizan el cumplimiento reglamentario y, en simultáneo, verifican el alineamiento entre los modelos en producción y las estrategias del negocio, entre otras cosas.

Contra las barreras

Un marco AI TRiSM se apuesta a que los modelos de IT que se utilicen en la organización sean fiables, robustos, eficaces y protejan la privacidad de los datos. También aporta técnicas y procesos para interpretar y explicar modelos, entender las formas de operación y anticipar potenciales ataques a la seguridad.

Así, se atacan algunos de los obstáculos más importantes que encontraron las organizaciones hasta el momento: entusiasmadas porque se trataba de la tecnología de moda, mal acompañadas y asesoradas o, simplemente, por haber realizado análisis previos deficientes, algunas empresas llevan implementados cientos de modelo de IA que sus líderes no son capaces de explicar o de interpretar.

Respecto de los marcos normativos, es cierto que aún las regulaciones están dando sus primeros pasos. Pero, por un lado, irán aumentando de manera acelerada en los próximos años, en parte como respuesta a la gran velocidad que la adopción de IA está tomando en organizaciones tanto del sector público como del privado. Y, por el otro, las propias empresas deben anticiparse a lo que las regulaciones están intentando garantizar: la protección del consumidor y la transparencia.

Para el ciclo de vida completo de la Inteligencia Artificial Segura

Otro punto clave es que AI TRiSM está pensado como concepto para todo el ciclo de vida de la inteligencia artificial: no debe aplicarse únicamente sobre los modelos que están en producción, sino desde el inicio mismo de los proyectos. Un desafío adicional consiste en conseguir los recursos adecuados para armar el equipo que se ocupará de la gobernanza de la inteligencia artificial dentro de la organización: en general, se trata de enfoques multidisciplinarios que requieren de miradas expertas de áreas de ciencias de datos, de IT, de cuestiones legales, de seguridad y de cumplimiento regulatorio.

¿La buena noticia? El futuro es promisorio. Para 2026, las organizaciones que logren centrarse en modelos AI TRiSM lograrán una mejora del 50% en términos de adopción, concreción de los objetivos de negocios y aceptación y adopción de los usuarios en relación a sus soluciones de inteligencia artificial.

Los negocios se vuelven cada vez más inteligentes. La inteligencia artificial segura es el aliado clave para avanzar en esta transición sin sufrir desbordes.

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