Desde la simplificación de procesos quirúrgicos complejos hasta una desinfección perfecta de un quirófano, pasando por mecanismos automatizados de atención de los pacientes, la relación entre la informática inteligente y la salud puede ser altamente fructífera.
Los brazos robóticos para asistir en operaciones por control remoto no son una novedad: su creación se remonta a la ya lejana (en términos de avances tecnológicos) década de 1980. Consiste en asistir al cirujano en microprocedimiento a través de incisiones mínimamente invasivas.
Desde entonces las mejoras han sido continuas. En los últimos años, la inteligencia artificial permitió incorporar nuevas capacidades como el reconocimiento de imágenes para detectar cualquier anomalía no prevista o el análisis de grandes volúmenes de datos para sugerir el procedimiento con mayores probabilidades de éxito.
Otros avances clave fueron tecnologías como la visión computarizada o imágenes 3D (para desplazarse por el cuerpo evitando nervios o la generación de daños colaterales) y los avances en materia de telecomunicaciones, que alcanzarán un nuevo nivel con 5G, y que permiten compartir las imágenes en tiempo real con profesionales ubicados en cualquier punto del mundo para una segunda consulta específica.
Cuidados más eficaces
Si bien se trata tal vez de la aplicación de la que más se habló en los últimos años, dista de ser la única. Algunas clínicas y hospitales del mundo están empezando a probar bots capaces de identificar y distribuir -a partir de algoritmos de inteligencia artificial- las medicinas entre los pacientes. Esto permite a las enfermeras concentrarse en el costado humano de su trabajo y generar una atención más cercana, empática y personalizada, gracias a no tener que ocuparse de esta tarea, que consume una enorme cantidad de tiempo y que suele ser altamente repetitiva.
También gracias a inteligencia artificial y machine learning, los robots son capaces de colaborar en el monitoreo personalizado de pacientes ambulatorios, aquellos que padecen alguna enfermedad crónica o incluso personas de la tercera edad que necesitan asistencia permanente. En todos estos casos, pueden brindar apoyo las 24 horas del día los siete días de la semana, con alta eficiencia y con contacto directo con profesionales especializados en caso de que se necesite algún aporte especial.
Ayuda terapéutica y prótesis inteligentes
Existen algunos robots muy específicos, como los terapéuticos, capaces de colaborar en la rehabilitación de cuadros complejos como parálisis o lesiones cerebrales graves: gracias a inteligencia artificial y cámaras de profundidad pueden “entender” las mejoras posturales del paciente y evaluar los progresos con una precisión y un nivel de sutileza imposibles para el ojo humano.
Otra tecnología probada eficazmente es la de las prótesis inteligentes: elementos artificiales que suplen funciones de manera parcial o total de un miembro amputado o con algún tipo de problema, capaces de leer las señales que el cerebro envía a la musculatura y promover los movimientos correspondientes.
Más higiene, menos riesgos
La pandemia motivó la creatividad de muchas organizaciones del sector salud, que comenzaron a desplegar dispositivos inteligentes para cumplir diferentes misiones, incluso en tareas en principio muy alejadas de las ciencias médicas.
Por ejemplo, resultan una ayuda eficaz para limpiar habitaciones o desinfectar espacios. Esta función resulta fundamental para disminuir los riesgos, ya que así se limitan los contactos entre el personal encargado del mantenimiento y los pacientes con potenciales enfermedades contagiosas.
En este mismo sentido, existen muchas opciones de automatización de tareas rutinarias de las que pueden hacerse cargo: desde el seguimiento de inventarios para hacer los pedidos en tiempo y forma y que nunca falten insumos hasta el transporte de sábanas, almohadas o suministros en ámbitos donde la exposición a los contagios representa un riesgo elevado, pasando por aquellos con capacidad para levantar y mover objetos pesados -camas, muebles, equipos médicos de porte-, lo que evita accidentes, lastimaduras o estrés entre los colaboradores.
Precisión, eficiencia, capacidad ininterrumpida de trabajo… La robótica médica está aún en pleno desarrollo y tiene mucho espacio para crecer y evolucionar: un cuadro con un excelente pronóstico de mejora.