La revolución del 5G: cómo impactará en los negocios y en la vida cotidiana
La nueva tecnología de telecomunicaciones promete niveles de velocidad sin precedentes y habilitaría una nueva generación de aplicaciones en tiempo real sin límites ni obstáculos.
Descargar una película completa en menos de tres segundos, jugar un videojuego en la calle sin ningún tipo de delay, utilizar una aplicación de realidad virtual conectado directamente con un teléfono celular o bajar un modelo 3D extremadamente complejo sin demoras.
Para una sociedad que recién está terminando de acostumbrarse a trabajar vía videollamadas y que ya se volvió tolerante con las imágenes congeladas o con los audios que desaparecen sin previo aviso, estas promesas parecen utópicas. Sin embargo, es apenas el principio del potencial que existe alrededor de la tecnología de telecomunicaciones conocida como 5G.
Desde el punto de vista técnico, esta innovación asegura que la latencia (definida como el tiempo que tarda un paquete de datos en ser transmitido por la red) disminuirá de manera exponencial. Las demoras de 100 milisegundos propias del 4G podrían ubicarse en el orden de menos de un milisegundo. Las velocidades podrían acercarse a máximos de 10Gbps.
No se trata de estimaciones futuristas: la tecnología ya se desplegó comercialmente en algunos países desde diciembre de 2018 y los resultados iniciales están a la altura de las expectativas generadas.
Casos de uso en empresas
La tecnología 5G representa un avance muy significativo para las empresas, que ya no tendrán barreras de ningún tipo para planear aplicaciones que requieran un uso intensivo de datos sin restricciones: desde reportes complejos hasta algoritmos avanzados de inteligencia artificial, todo puede ejecutarse en cualquier dispositivo, en cualquier lugar, con la mejor experiencia de usuario.
Entre otras cosas, se espera que impulse la adopción exponencial de IoT (internet de las cosas), en especial porque una de las características de la tecnología es que permite la conexión a la red de un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado.
El mantenimiento preventivo de las maquinarias en una fábrica se podrá controlar en tiempo real desde una tablet ubicada en el otro rincón del planeta y, desde su taxi, un ejecutivo podrá prevenir robos en su tienda gracias a un sistema de cámaras combinado con un motor de machine learning y video analytics para detectar movimientos sospechosos.
Las empresas de recursos naturales, como mineras, petroleras o productoras de energía, pueden digitalizar sus procesos de punta a punta sin fricciones. Y el sector de salud tiene la posibilidad de potenciar al extremo la telemedicina.
Cambios cotidianos
En la vida cotidiana, esto significará también más artefactos y electrodomésticos conectados a la red: desde una heladera capaz de hacer el pedido al supermercado en la medida en que bajan los niveles de los productos que contiene hasta un horno que podrá controlarse a la distancia.
Incluso, muchas de las innovaciones que podrían emerger a partir de 5G están recién en etapa de desarrollo o ni siquiera fueron pensadas, entre ellas los vehículos autónomos, la detección de personas sospechosas en lugares públicos muy concurridos (como puede ser un aeropuerto) a partir del análisis del video de todos los transeúntes que estén en el lugar, los oradores que dan conferencias desde su casa en forma de holograma o los cirujanos que operan a miles de kilómetros con precisión rotunda.
Las ciudades inteligentes, con transporte optimizado, gestión de residuos y de recursos (como el uso del agua o de la energía) y control de los elementos públicos (como el alumbrado) están más cerca de convertirse en realidad.
Una red que se extiende
El otro impacto que se espera produzca el despliegue de 5G es una mayor extensión de la red a sitios donde históricamente fue muy complejo llegar.
Por un lado, esta tecnología se ve potenciada por la computación de borde, o edge, que propone procesar los datos en el lugar en que se producen, evitando el traslado entre el dispositivo que lo genera y el centro de datos dentro de la organización (o las locaciones que esta tenga en la nube). Tanto edge como 5G persiguen objetivos similares: mayor velocidad y mejor experiencia. La combinación de ambas no puede resultar en otra cosa que no sea aún mayor performance.
El otro concepto clave es el de peer-to-peer, por el cual, los operadores de redes podrán utilizar los dispositivos de los usuarios y utilizarlos como si fueran servidores, por supuesto protegiendo la privacidad de las personas y garantizando que no se vea afectado su propio desempeño. Por lo tanto, cuanto más usuarios, más performance en la red y mayor nivel de cobertura, en especial si los dispositivos están distribuidos.
Se viene una época de grandes novedades con 5G. Como toda tecnología disruptiva, trae consigo muchísimos desafíos, pero también innumerables oportunidades.