La tendencia era irreversible, pero la pandemia aceleró todo. Las restricciones a la movilidad y la cuarentena llevaron el entretenimiento online a un crecimiento sin precedentes: según la consultora Bitmoving, el 60% del tráfico de internet en 2020 estuvo relacionado con transmisiones en vivo y propuestas de streaming. Un dato más que llamativo si se considera que en simultáneo la gente estaba trabajando desde su casa y los niños se educaban a distancia.
Según datos de Statista, en todo el mundo había 167 millones de suscriptores a Netflix a fines de 2019. Pandemia mediante, el número creció de manera exponencial a 203 millones un año después y continúa en alza (aunque de nuevo a valores moderados): hoy son 213 millones. En simultáneo, aparecieron y se expandieron nuevas plataformas que generarán, en conjunto, una facturación de US$71.000 millones para fines de este año a nivel mundial: aproximadamente un 40% por encima de los US$50.000 millones generados en 2019 por el mercado conocido como SVoD (siglas en inglés para “video bajo demanda por suscripción”).
Más allá del fenómeno, es interesante comprender las tecnologías clave que están motorizando a esta industria.
La base es cloud
Cuando decimos que el streaming se fue a las nubes hablamos tanto en términos literales como metafóricos: porque al crecimiento notable que mencionamos, se suma el hecho de que la columna vertebral para el éxito de una plataforma es precisamente la infraestructura cloud: es lo que garantiza que las imágenes lleguen a destino de manera segura, con un desempeño aceptable, desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Sin la tecnología cloud, la difusión del modelo de streaming a escala planetaria no hubiera sido posible: los jugadores del mercado del entretenimiento en línea no tienen que preocuparse por optimizar sus contenidos para los diferentes tipos de dispositivo, ni por los límites de infraestructura para soportar el aumento de suscriptores o cambios bruscos en la demanda (un evento en vivo, por ejemplo) ya que pueden incrementar la capacidad en tiempo real de acuerdo a la cantidad de audiencia que haya en cada momento.
La nube, además, brinda la agilidad necesaria para responder rápidamente a cambios regulatorios según el país.
Por todo esto, incluso, emergen nuevos modelos de negocios, como el llamado cloud gaming, que propone una revolución en el mercado gamer a partir de una propuesta de entrega de juegos similar a la que ofrecen hoy, precisamente, las plataformas de streaming.
La nube es solo el principio
Para las empresas del sector entretenimiento, la nube es apenas la punta de lanza de las tecnologías innovadoras que permitirán seguir transformando el negocio para generar una experiencia de usuario cada vez mejor, proponer nuevos servicios y nuevos esquemas de consumo y generar eficiencias en costos para mantener precios competitivos.
Por lo pronto, se estima que la masificación de la tecnología de telecomunicaciones 4G será clave para que los usuarios puedan ver el contenido en cualquier lugar sin interrupciones ni cortes. Incluso, podrán bajarse a sus dispositivos películas completas en apenas unos pocos segundos.
Automatizar, automatizar, automatizar
La automatización, por su parte, con su capacidad para eliminar tareas repetitivas y complejas, permite controlar el gasto y derivar el capital humano asociado a actividades que pueda efectuar un bot (revisión de proveedores, control de la facturación, gestión de reclamos, por citar solo algunos) a otros trabajos de mayor valor agregado.
Como se trata de empresas con un volumen muy grande de clientes, cualquier iniciativa en dirección a agilizar las consultas y los reclamos, explicar proactivamente cambios en los planes de suscripción, proponer un manejo verdaderamente omnicanal de todos los puntos de contacto y mantener un soporte capaz de dar respuesta de manera inmediata a cualquier problema técnico que surja es fundamental para ganar la fidelidad de los consumidores. Y la automatización puede jugar un rol clave en todos esos puntos, así como en muchos otros.
La analítica predictiva, combinada con inteligencia artificial, machine learning y big data, sirven para conocer cada vez más los gustos y comportamientos de los usuarios, de forma tal que las recomendaciones de nuevos contenidos en base a los ya consumidos es cada vez más precisa, lo que lleva la experiencia del usuario -de nuevo la metáfora cloud– hacia las nubes.
La industria del streaming se reinventa de manera continua apoyándose en el poder de las nuevas tecnologías. Paradójicamente, habrá tantos cambios en el futuro cercano que podemos decir que en este rubro aún no está todo visto.