En el mundo actual, digital y centrado en el cliente, la agilidad se ha convertido en un elemento clave para las organizaciones. Las mismas deben trabajar para aumentar la velocidad en la que crean softwares, mejoran la capacidad de respuesta hacia los clientes y se mantienen ágiles en un mundo en constante cambio. La agilidad no es un commodity ni algo que se pueda comprar o adquirir fácilmente. Crear agilidad sostenible para la compañía requiere invertir en una cultura que redefina la forma en que opera la misma, realizando reingenierías de los procesos existentes y adoptando diferentes tecnologías para innovar continuamente.
Con el fin de generar agilidad, las compañías actuales adoptan nuevas tecnologías de nube. Con la gran cantidad de opciones disponibles hoy en día, puede ser difícil determinar qué es lo más apropiado y eficiente para su negocio.
Cuando escalar ya no es una opción
Migrar las aplicaciones y sistemas a la nube pública es ya una necesidad para muchas organizaciones por varias razones. Los proveedores de nube han dado inicio a un sinfín de nuevas tecnologías que se pueden implementar fácilmente, lo que le permite desarrollar nuevas soluciones y capacidades de forma rápida satisfaciendo con precisión lo que el cliente demanda.
En las compañías la implementación de nuevas tecnologías puede multiplicarse rápidamente, creando valor de forma inmediata. Pero sin un equilibrio adecuado, planificado y una arquitectura pensada para escalar, muchas de las soluciones que se pueden crear no serán consistentes y repetibles, lo que puede ocasionar problemas de retrabajo y frustración. Esta complejidad se ve agravada cuando se posee un ambiente híbrido donde hay que ser muy cuidadosos con la integración entre los sistemas actuales y los nuevos a incorporar. Sin una planificación y herramientas adecuadas, el nivel de inconsistencia en ambientes híbridos puede convertirse en una barrera para que la agilidad continúe fluyendo dentro de la compañía.
Kubernetes y la agilidad
La creación de un entorno de agilidad sostenida dentro de una compañía u organización de IT requiere un alto nivel de coherencia y estandarización en sus ecosistemas tecnológicos. Los desarrolladores, operadores de plataformas y profesionales de seguridad deben trabajar en un marco que unifique y centralice la variedad de plataformas y sistemas en los cuales coexisten la nube privada y nube pública (ambientes hibridos).
Kubernetes ha evolucionado significativamente desde su introducción en 2014 como un orquestador de contenedores creado por Google. En la actualidad los principales proveedores de nube pública, e incluso nube privada (implementaciones on-premises), lo han adoptado como estándar para convertirse en el protocolo común que unifica la variedad de infraestructura disponible. Proporciona una capa de centralización y unificación que se requiere en los sistemas y entornos híbridos de la compañías actuales.
Hay tres elementos clave que Kubernetes proporciona a las compañías para mejorar su nivel de coherencia y apoyar la flexibilidad con el fin de escalar la plataforma hacia necesidades de demanda de los sistemas y procesos de la organización.
API Nativa: Kubernetes ofrece una API que proporciona un modelo de interacción para desarrolladores, seguridad y operaciones. Admite un ecosistema híbrido multi nube que es eficiente y sostenible a escala.
Declarativo: Kubernetes adopta el paradigma declarativo de DevOps, lo que permite tener una plataforma sólida totalmente documentada y con capacidades de automatización en todos sus componentes. Esta capacidad de automatización es aprovechada dinámicamente para escalar o desescalar la infraestructura necesaria en función del estado definido en el manifiesto.
Extensible: Kubernetes ha evolucionado para ser altamente extensible. Permite un modelo estandarizado de instalación, configuración y gestión del ciclo de vida para software. Además, la comunidad de código abierto de la cual dispone, crea continuamente nuevas herramientas y técnicas que permiten afrontar los desafíos diarios de una operación de TI.
Más allá de Kubernetes
Kubernetes sigue evolucionando, las compañías están aprendiendo a aprovechar su potente API para construir aplicaciones e infraestructuras de forma cada vez más ágil y automatizada. Esto le permitirá a las mismas ampliar sus aplicaciones de una manera más eficiente, cohesiva, con menor grado de error, y con un menor time-to-market.
La agilidad ya no es opcional, es una necesidad para los negocios de hoy en día, es esencial considerar la inclusión de tecnologías como Kubernetes dentro de su ecosistema tecnológico el cual no solo apoyará su estrategia de agilidad, sino que la hará consistente y escalable a lo largo del tiempo.