El sistema de salud está en un punto de inflexión y se debate entre sostener estructuras anticuadas y sistemas heredados elefantiásicos, o avanzar deliberadamente hacia su propio futuro.
La buena noticia: las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA) son aliadas claves para dar un salto cuantitativo y cualitativo en términos de atención al paciente, aceleración en el desarrollo de medicamentos y promoción de una medicina preventiva y personalizada.
Experiencia del paciente
Una de las falencias históricas que tiene el sistema de salud es que la atención al paciente no es una de sus prioridades: turnos que demoran meses o salas de espera atiborradas son moneda corriente. En este sentido, la IA combinada con machine learning y automatización tiene mucho para ofrecer.
Los chatbots, por ejemplo, permiten atender con eficiencia dudas y reclamos de tipo repetitivo, que suelen ser las que más tiempo ocupan de las áreas administrativas en los centros de salud: desde averiguar si una prestación tiene cobertura por parte de una determinada obra social hasta rehacer una receta o una orden médica con fecha vencida o algún defecto en su confección.
Los beneficios de los chatbots abarcan no solo una mejora en la calidad, sino además una extensión de la atención (este software puede estar disponible de manera ininterrumpida), una gestión de un mayor volumen de llamados (puede atender miles en simultáneo) y un mejor aprovechamiento del talento, que puede dedicarse a las interacciones que requieran de un mayor valor agregado humano.
Mucho más que un asistente
Siguiendo el concepto de los asistentes virtuales, pero con una visión más amplia, Nubiral desarrolló HealthBot: un servicio integral paperless para instituciones médicas. Se trata de un canal de atención personalizada que, a partir del uso de tecnologías cognitivas, permite a las instituciones de salud simplificar trámites, maximizar los tiempos en un 40% y disminuir los márgenes de error por intervención humana en un 50%
HealthBot es capaz de asignar turnos, gestionar trámites de documentos, estudios o facturación y coordinar teleconsultas, entre otras tareas. Toda persona que quiera contactarse con la entidad de salud puede hacerlo interactuando con este bot, independientemente del lugar físico en el que se encuentre y desde cualquier dispositivo.
Gestión de recursos
Otro de los grandes puntos de dolor del sector salud es la escasez de recursos, tanto insumos como profesionales.
Para atacar el primer ítem, la IA es una herramienta útil para predecir demandas de determinados insumos, solicitarlos a otros sistemas cuando se alcanza un determinado umbral, controlar proactivamente los inventarios y asegurar así que cada suministro crítico esté donde deba estar en el momento en que se lo necesita.
En cuanto a los recursos profesionales, la gestión inteligente de agendas permite optimizar la entrega de turnos para minimizar la sobrecarga laboral del personal médico, evitar errores humanos y superposiciones y hasta derivar cada solicitud con el profesional más idóneo que tenga la institución. En un esquema colaborativo, incluso, una clínica que tenga sus agendas saturadas puede integrarlas con la de otra entidad para hacer derivaciones.
Médico a la distancia
Luego de años de obstrucciones culturales y regulatorias, la telemedicina debió asomarse por una cuestión obligatoria: las restricciones a la movilidad impuestas por el COVID-19.
Pero esta atención médica a través de una videollamada, es apenas la punta de un iceberg que puede mejorar de manera rotunda la calidad de vida de un paciente gracias a la incorporación de IA.
Por ejemplo, gracias a la visión por computadora será posible realizar diagnósticos a distancia. El micrófono del teléfono móvil tranquilamente puede funcionar como un estetoscopio.
Además, al obtener datos del paciente en su ambiente, el médico podría identificar elementos que podrían afectar la salud de la persona. ¿Son equilibrados los nutrientes que almacena en su heladera? ¿Las sillas que utiliza son ergonómicas? ¿Está la casa a una temperatura adecuada?
Medicina del futuro
El potencial más grande de IA aplicada a este segmento está relacionado con el mismo futuro del sistema de salud.
La IA, combinada con herramientas analíticas y big data, es la llave para mejorar la velocidad y la precisión del diagnóstico y la detección de enfermedades. Incluso, puede utilizarse para predecir brotes de alguna enfermedad, estimar qué respuesta puede dar el sistema hacia eso y gestionar los recursos disponibles de manera óptima.
Como herramienta de gestión de la salud pública, es ideal para identificar grupos de riesgo de una enfermedad en una geografía y con esa información crear acciones preventivas, generar capacitaciones entre los ciudadanos y disminuir el índice de esa dolencia en la población.
También es esencial para acelerar la investigación y el desarrollo de medicamentos, ya que permite optimizar y probar modelos y evitar demoras en ensayos clínicos.
Y los que son tal vez los dos principales desafíos: convertir en realidad la medicina preventiva, para que las personas puedan concientizarse sobre su estado de salud y generar un mayor autocuidado para así hacer más eficiente todo el sistema, y apuntar hacia una medicina verdaderamente personalizada, para prever si un paciente en particular está apto para recibir un tratamiento específico, si no sufrirá efectos secundarios o adversos y en qué grado dará los resultados esperados.
Los seis principios rectores
La importancia de la I.A. en el segmento de la salud es tal que la OMS (Organización Mundial de la Salud) lanzó un informe para advertir sobre seis principios rectores que las soluciones que utilice el sector tengan siempre en cuenta.
El objetivo es que se diseñen reflejando la diversidad de los entornos socioeconómicos y de atención de salud y se acompañen de formación en aptitudes digitales, implicación comunitaria y sensibilización, en particular para los millones de agentes de salud cuya alfabetización digital o readaptación profesional serán necesarias en caso de que se automaticen sus funciones.
Los seis principios son: preservar la autonomía del ser humano, promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público, garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad, promover la responsabilidad y la rendición de cuentas, garantizar la inclusividad y la equidad y promover una IA con capacidad de respuesta y sostenible.
Gracias a la IA y a otras innovaciones, el futuro de la medicina es eficiente, empático con el paciente, personalizado y, por supuesto, más inteligente.