El 95% de las organizaciones no obtiene un retorno medible de sus inversiones en IA generativa. Este fenómeno ha dado lugar a lo que se conoce como “la brecha de la IA generativa”. Es decir, una división entre quienes generan millones en valor y quienes apenas registran impacto.
El problema no radica en la calidad de los modelos ni en la regulación, sino en el enfoque. Herramientas de uso general como ChatGPT son ampliamente adoptadas, pero los sistemas empresariales personalizados fallan en la mayoría de los casos al pasar de piloto a producción.
Una buena noticia: existen maneras de saltar estas brechas y convertirse en parte del 5% restante.

Brecha de adopción
La mayoría de las organizaciones se encuentran en el lado «equivocado» de la brecha. Esto significa que existe una alta adopción de herramientas genéricas pero que, a través de ellas, se alcanza una baja transformación estructural.
El hecho de que más del 80% de las organizaciones haya explorado la IA nos habla de una adopción masiva. Aún así la disrupción es escasa: sólo dos de nueve sectores industriales muestran un cambio significativo.
La brecha se hace más evidente en la tasa de fracaso de las herramientas empresariales personalizadas, que no logran pasar de la etapa piloto a la de producción.
Esto demuestra una «experimentación generalizada sin transformación», con empresas que invierten en soluciones que no encajan bien con sus flujos de trabajo ni ofrecen un valor medible en sus resultados.
Brecha de aprendizaje
La razón principal del estancamiento de los proyectos piloto es la «brecha de aprendizaje»: las herramientas de IA no aprenden, no se integran bien o no se adaptan a los flujos de trabajo.
Los usuarios prefieren opciones flexibles como ChatGPT para tareas rápidas, pero para trabajos complejos, el 90% prefiere un colega humano. ¿La razón? Los sistemas de IA no pueden acumular conocimiento ni mejorar con la retroalimentación.
Un problema estructural que se constituye como la barrera más grande para escalar la adopción en la empresa.
En este sentido, los creadores de sistemas de IA generativa más exitosos son aquellos que apuestan por sistemas adaptativos que aprenden de la retroalimentación del cliente, se centran en casos de uso de alto valor más que en soluciones genéricas y priorizan la integración con los flujos de trabajo existentes y el aprendizaje continuo.
Brecha de acompañamiento
Superar la brecha de la IA generativa no es una tarea que deba afrontarse de manera aislada. La clave está en vincularse con el socio tecnológico estratégico adecuado. Uno que entienda el negocio, los procesos internos y los objetivos de transformación. Este tipo de colaboración permite que la implementación de la IA no solo se limite a soluciones puntuales, sino que se integre de manera fluida con los flujos de trabajo existentes y evolucione con el tiempo.
En Nubiral aportamos experiencia en adaptación y personalización. Así, facilitamos que los sistemas aprendan de la retroalimentación real de los usuarios y se ajusten al contexto de la empresa.
Además, ayudamos a priorizar los casos de uso de mayor valor, acelera la adopción dentro de la organización y asegura que cada proyecto de IA genere un impacto tangible en los resultados de negocio. Siempre, con un ojo puesto en la ciberseguridad.
En definitiva, elegir al aliado adecuado convierte la inversión en IA en una ventaja competitiva sostenible, minimizando riesgos y maximizando oportunidades de transformación real.
Conclusiones
Superar la brecha de la IA generativa requiere asociarse con socios tecnológicos capaces de integrarse profundamente y evolucionar con el tiempo. Así, los sistemas no solo aprenden y se adaptan, sino que generan valor sostenido, consolidando la ventaja competitiva de la organización.
La clave no es solo invertir en IA, sino invertir inteligentemente, con socios y estrategias que permitan transformar la empresa de verdad.
¿Tu organización está pensando en saltar las brechas de la IA generativa? Tenemos un equipo de expertos que puede ayudarte. ¡Agenda tu reunión!