Tres letras que cambiaron para siempre el concepto de propiedad en el mundo digital: NFT o token no fungible. Históricamente, los bienes compuestos de bits fueron un blanco fácil para la piratería. Bastaba con copiar y pegar para obtener uno exactamente igual al original, sea una pieza de música, una imagen, una película o un documento.
NFT se apoya en la tecnología blockchain para generar un certificado de autenticidad y unicidad para cada artículo digital. El fenómeno está en marcha: el bien adquiere un valor de mercado que se multiplica o se desploma de acuerdo a los humores del día a día. Aún se trata de elementos muy volátiles y bajamente predecibles, pero su popularidad y el interés que están despertando mantiene las cotizaciones altas y genera en buena parte de la sociedad la sensación de que existe allí una fuente de riqueza inmediata.
Más allá de esta ilusión, en el NFT anida una enorme oportunidad si miramos el futuro del comercio. Según la analista de mercado Global Newswire, en 2022 el mercado NFT moverá unos US$3.000 millones, cifra que podría crecer hasta más de US$13.000 millones para 2027.
La importancia de las plataformas
Los productos que pueden venderse en el plano NFT están limitados únicamente por la imaginación humana: los clubes deportivos fueron pioneros en este terreno con el lanzamiento de fan tokens, artículos coleccionables relacionados con sus estrellas o con el equipo que otorgan además algunos beneficios exclusivos a los fanáticos (ingreso a entrenamientos, participación en alguna decisión de la institución, contactos con deportistas).
Esta tendencia fue seguida por bandas de música (que incluso ya ofrecen conciertos virtuales), por famosos o por influencers, que también desarrollan vías para generar experiencias nuevas para sus seguidores.
Las ventas de NFT alcanzaron indicios sorprendentes: el primer tuit de la historia y un video viral de YouTube ya se subastaron en este formato. Hoy la compra y venta pasa mayormente por plataformas como Mintable, Rarible u OpenSea. En líneas generales, los creadores de contenido encuentran en estos espacios virtuales las herramientas para crear sus propios tokens.
Nuevos negocios, nuevas oportunidades
Muchas grandes marcas ya están desarrollando productos específicos para vender en formato NFT en ambientes como el Metaverso, el universo virtual apoyado en tecnologías como realidad virtual y que apunta a generar una verdadera revolución social en la manera de entretenernos, comunicarnos o trabajar. De hecho, ya se registran casos de marcas de lujo que comercializan carteras, vestimentas o zapatillas NFT a precios que superan los valores de sus equivalentes físicos.
Incluso hay una especie de boom inmobiliario en tierras virtuales: hubo adquisiciones millonarias de terrenos y propiedades en el Metaverso. Ya se habla de barrios caros y de ubicaciones privilegiadas y aparecieron empresas especializadas en bienes raíces capaces de detectar los mejores puntos.
¿Hacia una nueva economía?
La economía de NFT está dando sus primeros pasos. Las posibilidades de nuevas maneras de ganar dinero en este segmento son infinitas: profesionales de la construcción o de la decoración que puedan volcar sus conocimientos en estas nuevas propiedades, analistas de mercado que permitan invertir con previsibilidad, servicios de consultoría o de auditoría especializados, expertos en diseño 3D o en texturas que generen productos únicos…
Sin ir más lejos, cualquier niño hoy que utilice a menudo juegos vinculados con el Metaverso (como Roblox o Minecraft) puede ganar algo de dinero virtual vendiendo dibujos o herramientas en formato NFT. Es conocido el fenómeno que ocurre en Filipinas, donde mucha gente tiene el juego Axie Infinity, que requiere de la crianza y el desarrollo de personajes que luego se pueden vender a jugadores que los necesitan. El entretenimiento tiene su propia plataforma de intercambio NFT, Axie Marketplace.
Otra innovación es la figura de finanzas descentralizadas (DeFi), que abre la posibilidad de tomar créditos o préstamos contra activos digitales, sin intervención de un banco ni una entidad financiera.
Recién estamos viendo la punta del iceberg del mundo NFT. Para algunos, es una manera de ganar una fortuna rápida. Para otros, el inicio de una nueva forma de comerciar y la base para nuevos modelos económicos.