En un contexto en que las cadenas de suministro son cada vez más complejas: atraviesan múltiples países con diferentes normativas, deben cumplir requisitos reglamentarios exigentes en términos de temperatura, calidad y tiempos de entrega y se vuelcan hacia modelos de negocios sustentables, los desafíos parecen multiplicarse hacia el infinito.
Pero una tecnología asoma en el horizonte para dar respuesta a esto: blockchain. Estos registros digitales inviolables e inalterables que se utilizan en transacciones en las que participan múltiples partes garantizan que todos los involucrados tengan la última información disponible en tiempo real y que cualquier movimiento que haya sido registrado no se pueda borrar ni modificar. Dos de sus grandes cualidades, la trazabilidad de extremo a extremo y la transparencia, la vuelven ideal para dar soporte a las cadenas de suministro inteligente: desde el momento de la producción hasta la entrega en el cliente final, pasando por los almacenamientos intermedios, los pasos fronterizos y los traslados, cada ítem puede ser rastreado y gestionado.
¿El resultado? Máxima eficiencia, minimización de los errores humanos y una visibilidad clara y única de cómo cada parte que intervino hizo valer sus derechos y cumplió con sus obligaciones. Se eliminan así todo tipo de fricciones relacionadas con dudas o conjeturas.
Beneficios de extremo a extremo
Por otra parte, en la medida en que las legislaciones lo permitan, la adopción paulatina de contratos inteligentes, que también tienen en su corazón a la tecnología blockchain, repercutirá directamente en el costo de los productos: permitirá eliminar intermediarios y los enormes volúmenes de documentación que se procesa y administra en estos momentos -incluyendo el pago de impuestos y tasas que varía drásticamente de frontera en frontera y que, incluso dentro de una misma frontera, muestra diferencias según el tipo de producto-.
También se evitarán los gastos en los que se incurre en la actualidad para resolver conflictos entre partes ante incumplimientos de condiciones o el deterioro de mercaderías, ya que las responsabilidades quedarán claras en todo momento. Otro beneficio es que se evitan multas por errores en la documentación o en las liquidaciones impositivas.
En algunos segmentos puntuales, como el traslado de alimentos o de medicamentos, blockchain resulta esencial para garantizar el buen estado de conservación de todo lo que se transporta y, en caso de que surja algún problema, hacer el análisis del seguimiento hacia atrás para verificar dónde pudo haberse desencadenado.
Una tecnología con potencial
La adopción de blockchain en la cadena de suministro provee beneficios a todos los integrantes de la operación, desde grandes corporaciones hasta las pymes proveedoras de insumos o transportistas, pasando por los despachantes de aduanas e incluso por las compañías de seguridad encargadas de proteger las cargas o las aseguradoras, ya que la capacidad de rastrear con precisión la ubicación y el estado de los productos, así como la ruta a seguir y las siguientes detenciones, es información que puede utilizarse para minimizar riesgos.
Si bien esta tecnología aún está dando sus primeros pasos con implementaciones puntuales -en especial entre los grandes jugadores de la industria logística a nivel mundial-, su potencial es enorme: según la consultora experta en estudios de mercado Markets & Markets, se trata de un segmento que está creciendo por encima del 50% anual. En 2020, la inversión en soluciones de cadena de bloques aplicadas a la cadena de suministro había alcanzado los US$253 millones. Para 2026, la cifra habrá crecido a US$3272 millones.
¿Qué queda pendiente? Además de los mencionados marcos regulatorios que habiliten la digitalización del paso transfronterizo de productos, también es necesaria una mayor madurez en los estándares asociados con esta tecnología.
Más allá de estas barreras, el horizonte se muestra despejado: la llegada de blockchain a las cadenas de suministro aporta eficiencia, trazabilidad, transparencia y potencial baja de costos… Todo lo que exigen las empresas y los consumidores de esta nueva economía digital.