A nadie se le ocurriría construir una casa sin contar previamente con los planos correspondientes. Del mismo modo, es impensable avanzar en una trayectoria hacia la transformación digital sin contemplar la arquitectura de IT subyacente: definirla de manera óptima es lo que permitirá, entre otras cosas, garantizar la continuidad operativa, obtener el máximo valor de las inversiones tecnológicas, sentar las bases para futuras modernizaciones o soportar la complejidad potencial futura del panorama tecnológico de la organización.
Contrariamente a lo que se creyó durante mucho tiempo, la definición de la arquitectura dista mucho de ser un problema técnico: es una decisión estratégica que impacta de manera directa en el desempeño del negocio. Por eso, la mirada debe estar puesta en el largo plazo y contemplar aspectos como la flexibilidad, la escalabilidad, la agilidad -en especial en estos tiempos, en que los cambios se producen a una gran velocidad- y la resiliencia.
No importa si la empresa lanza un nuevo producto o servicio, cambia su modelo de distribución, implementa una cadena de suministro inteligente o lanza una nueva experiencia para sus clientes, en cualquiera de los casos, tener una arquitectura adaptable será fundamental para no perder ni un centímetro de terreno frente a sus competidores.
La mirada de AWS
La importancia de contar con una arquitectura adecuada para tener éxito en las iniciativas digitales queda plasmada, por ejemplo, en el AWS Well-Architected Framework framework AWS Well-Architected, pensado precisamente para que las organizaciones puedan crear una infraestructura basada en la nube segura, disponible y dinámica para entregar siempre el mejor rendimiento para cada aplicación y cada carga de trabajo.
El marco describe los conceptos clave, los principios de diseño y las prácticas recomendadas para obtener el máximo valor de la arquitectura sobre AWS. En concreto, además, se apoya sobre seis pilares.
El primero es el de excelencia operativa: se concentra en ejecutar y monitorear los sistemas y en mejorar los procesos y los procedimientos de manera continua. De esta manera, se detectan a tiempo desvíos en el desempeño o dificultades en las operaciones cotidianas, al tiempo que se identifican oportunidades de automatización.
Entre la seguridad y la eficacia
Un segundo pilar es el de seguridad, que se enfoca en proteger tanto la información como los sistemas: temas altamente sensibles como la confidencialidad, la privacidad y la integridad de los datos, los permisos de acceso o los controles para evitar intrusiones se inscriben en este ítem.
En términos de fiabilidad, este tercer eje pone su atención en chequear que las cargas de trabajo actúen de acuerdo a lo previsto y, en caso de que ocurriese un error, promueve las herramientas para una rápida recuperación. Ligado a este punto, el pilar de eficacia de rendimiento asigna los recursos de manera estructurada y simplificada, con el objetivo de supervisar el desempeño, garantizar que todo siga funcionando de manera perfecta sin que importe cómo evolucionan las demandas de la organización y optimizar el rendimiento de acuerdo a los recursos disponibles y los requisitos de cada carga de trabajo.
Un quinto pilar es el de la optimización de costos. Su función es evitar gastos innecesarios, escalando los recursos de acuerdo a las necesidades específicas de la organización. En tiempos de presupuestos exiguos y complejidades financieras, se trata de un elemento clave para no perder el tren competitivo.
Además de todo: sustentable
El AWS Well-Architected Framework se apoya sobre un sexto pilar: el de sostenibilidad, que busca minimizar el impacto ambiental de ejecutar cargas de trabajo en la nube.
Más allá del caso puntual planteado a partir del marco y los enfoques de AWS, la realidad nos marca que la elección de la arquitectura correcta es una decisión clave de negocios: de alguna manera, es como si se tratara del esqueleto de la organización y reflejara sus principales características. Una arquitectura moderna, escalable y adaptable define una empresa con esas cualidades. Y una arquitectura obsoleta y rígida, por el contrario, es un obstáculo insalvable para una empresa que quiera mantenerse competitiva de cara al futuro.