Confianza, transparencia y trazabilidad. Tres de los grandes atributos de blockchain que impulsan nuevos ecosistemas tanto en el mundo de las finanzas como en el de las organizaciones.
En efecto, emerge cada vez con más fuerza el concepto de DeFi (acrónimos en inglés por “finanzas descentralizadas”): un modelo disruptivo en la creación, el consumo y el intercambio de productos y servicios financieros que tiene como principio fundamental la ausencia de intermediarios. Son los propios usuarios los que se conectan entre sí, sin que un banco deba “habilitar” ni monitorear la operación.
De esta manera, es posible acceder a préstamos, esquemas de financiación o un número mayor de posibilidades de inversión por afuera del sistema pero al alcance de diferentes tipos de público. ¿Cómo se hace para que esto no sea una fuente infinita de fraudes, estafas y complicaciones? Aquí es donde juega blockchain: esa cadena de bloques de registros digitales inviolables e inalterables que se utilizan en transacciones en las que participan múltiples partes.
Entre contratos y billeteras
En el centro se encuentran los smart contracts o contratos inteligentes: soportados sobre la propia blockchain, se ejecutan de manera automática para asegurar el cumplimiento de las responsabilidades (y de los derechos) que se hayan establecido previamente entre los involucrados.
En líneas generales, quienes estén interesados en DeFi deben contar con una billetera virtual (o wallet) donde se conservarán los criptoactivos que funcionarán como moneda de cambio en el ecosistema y que pueden ser tanto criptomonedas como NFT (siglas en inglés por token no fungible). Estos activos, además, son intercambiables por divisas o bienes de la economía tradicional.
El camino recién empieza a transitarse: las DeFi, si bien ya se utilizan en muchísimas situaciones -de hecho, el auge de las criptomonedas que estalló a partir de 2020 está sustentado en este concepto-, está apenas dando sus primeros pasos, por lo que aún estamos lejos de entender su verdadero potencial o de conocer los numerosos casos de uso para los que podrían aplicar. También falta ver qué camino toman las regulaciones en relación a cómo las personas deberán identificarse dentro de estos mecanismos descentralizados para prevenir delitos o fraudes fiscales. En ese sentido, otra tecnología, la IA, ha demostrado ser de suma utilidad para la banca tradicional. Muchas de esas aplicaciones prácticas podrían migrarse hacia este nuevo universo de finanzas digitales.
Con voz y con voto
El otro modelo descentralizado que surge del poder de blockchain es el de las DAO (sigla para organizaciones autónomas descentralizadas): empresas construidas sobre esta tecnología y también apoyadas en los smarts contracts en las cuales todos sus integrantes pueden participar del proceso de toma de decisiones. La horizontalidad al extremo: cada persona que integra la organización cumple un rol similar al de formar parte del directorio en una empresa tradicional.
La DAO, al igual que una organización del mundo físico, se constituye con un fin específico. Por lo tanto, las personas que la componen comparten intereses al menos en lo que a la DAO respecta. El punto de coordinación es internet y la tecnología para hacer que la organización funcione de manera fluida, ordenada y segura es blockchain. También es el mecanismo para emitir los token que permitirán recaudar los fondos para financiar la organización.
En ese sentido, el contrato inteligente es la vía para especificar las reglas, la misión, la visión, los valores y los procedimientos que regirán esa DAO. Un dato clave: si alguno de los participantes vulnera las normas establecidas, automáticamente se bloquean sus fondos.
La transparencia es absoluta: cada integrante está al tanto de todas las decisiones que se tomen, puede votar o influir en la creación de propuestas y tiene la posibilidad de consultar cualquier dato sobre la entidad en cualquier momento, ya que toda la información es pública para los participantes.
Blockchain es la llave para un mundo más confiable, colaborativo y transparente. Las DeFi y las DAO son apenas dos expresiones de un futuro que recién está comenzando a perfilarse.